La Dulce Vida: En La Esquina de México y Chicago

Barra de jugos y licuados en La Dulce Vida Nevería en Melrose ParkFoto: Brenda Storch
Barra de jugos y licuados en La Dulce Vida Nevería en Melrose Park
Foto: Brenda Storch

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“Los clientes que nos visitan generalmente salen con más de una compra” nos dice Gregorio Hernández, uno de los dos jóvenes emprendedores detrás de La Dulce Vida en Melrose Park. Basta echarle una vista al menú para entender por qué. El concepto parte de la idea de una nevería, e incorpora en un acogedor espacio, algo para todos los gustos: desde los chicharrones y otros antojitos típicos de los carritos ambulantes (mismos que son parte de la infancia y según yo, del sistema inmunológico de todo mexicano), hasta nieves caseras, jugos naturales, licuados, atole e incluso tamales oaxaqueños (hechos por cierto con la receta de doña Clemencia). Con esta gama de opciones, es común que el que visita La Dulce Vida, venga con el propósito de procurarse un antojo y salga con otros cuantos.

Además de los sabores típicos del terruño, como  las paletas de tamarindo que tanto extraño, o el atole de galleta hecho con galletas ¨María¨, La Dulce Vida ofrece divertidas e innovadoras interpretaciones de las golosinas que hacen que mi corazón lata en español. Jorge Galván, otro de los dueños, nos explicó: “Nos dedicamos constantemente a generar nuevas ideas”. Empresario de día y artesano de noche, las ideas de Jorge no únicamente son geniales, sino también deliciosas cuando cobran vida. Una probadita del singular helado de ¨Gansito” fue suficiente para decidir llevarme al México de mi niñez a casa en un bote de a litro.

¿No te puedes decidir si quieres un pastelito o un helado? No te preocupes, el helado de "Gansito" es la respuesta. Foto: Brenda Storch
¿Pastelito o helado?  No te preocupes, el helado de “Gansito” es la respuesta.  Foto: Brenda Storch
Tamales oaxaqueños Foto: Brenda Storch
Tamales oaxaqueños en La Dulce Vida Nevería
Foto: Brenda Storch

Fui a la Dulce Vida a comprar mis tamales para el Día de la Candelaria, pero como Gregorio lo predijo, además de salir con mi dotación, también regresé a casa con paletas, chicharrones y otras delicias, incluyendo esta receta para hacer atole de guayaba. El servicio es excelente y los dueños, que son una institución en Melrose Park,  se mantienen conectados con su clientela a través de sus cuentas de Facebook y Twitter. Durante mi estancia, me sorprendió ver que Gregorio y Jorge saludaron a muchos de sus clientes por su nombre.

La Dulce Vida es un rinconcito en la esquina entre México y Chicago, y como toda buena idea, es universal. La tienda abre de lunes a domingo desde las 6:00 de la mañana.

Gregorio Hernández, Alejandra Rueda y Jorge Galván de La Dulce Vida Nevería
Gregorio Hernández, Alejandra Rueda y Jorge Galván de La Dulce Vida Nevería Foto: Brenda Storch

La Dulce Vida Nevería

2015 W. Rice St.

Melrose Park, IL 60160

La Dulce Vida Neveria on Urbanspoon

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