• Dulces Mexicanos con Norma Orozco

    En este episodio de “Sazón, Razón y Corazón”, tuvimos la  oportunidad de charlar con la autora, académica y docente, Norma Orozco, autora del libro “Confitería, de lo Artesanal a la Tecnología”, mismo que se ha traducido al inglés. Estamos de suerte, porque esta experta nos endulzará la mañana con un delicioso tema: los dulces mexicanos. Haga click en el video al pie.

    Foto: Norma Orozco

  • Cocineras tradicionales de #Oaxaca comparten sus conocimientos para preparar #tamales, un platillo de celebración

    Los tamales son protagonistas de las celebraciones del día de la Candelaria, pero también de cumpleaños, velorios, novenarios y levantadas de cruz; María Luisa Araceli Canseco, cocinera de Rojas de Cuauhtémoc, recuerda que su mamá le dejaba una bolita de masa y por obediencia preparaba sus tamalitos, con el tiempo le tomó cariño a la cocina. “Si no sabía algún proceso corría con mi abuelita o tías a preguntarles”, recuerda Araceli.

    Su abuela paterna era cocinera, la contrataban en bodas, velorios, bautizos; así aprendió a cocinar, ya de casada empezó a ir a los compromisos. Para la Candelaria prepara tamales de calabacita, de dulce, rajas y mole; en esta fecha cocina hasta 300 piezas. Los ingredientes necesarios para esta cantidad son 13 kilos de maíz, tres cabezas de cerdo y 10 kilos de calabacitas; labor que inicia a las cuatro de la mañana y concluye por la tarde, antes de la misa.

    El mayor secreto, dice, son los productos frescos. “En casa cultivamos y cosechamos el maíz, las hojas las utilizo para envolverlos; la carne la compro con uno de mis hermanos. Los ingredientes tienen que ser suficientes y con las medidas exactas”. De su tía materna aprendió la receta; primero mezcla la masa de maíz nixtamalizado con manteca, caldo y sal; mientras reposa corta en cubos las calabacitas, la carne, la hoja santa y las flores para integrarlas.

    Posteriormente, coloca un poco de la mezcla en cada hoja, la envuelve; luego los coloca en una vaporera sobre leña de encino; mientras se cuecen realiza una salsa en molcajete, con miltomate asado, chile costeño, ajo y sal. “Si en algo confío es en mi sazón”, dice con orgullo, pero si es necesario, recomienda poner una cruz de chile rojo y siempre persignar la olla.

    Los de dulce llevan masa de maíz, manteca, azúcar, piña, pasitas y coco rallado, para dar color agrega carmín vegetal. “También me gusta cocinar los de rajas, para equilibrar el picante integro chiles poblano y jalapeño y, pollo o queso”. A María Luisa Araceli la encontramos en la calle Rayón esquina 20 de noviembre, en Rojas de Cuauhtémoc, municipio de Tlacolula de Matamoros.

    Los conocimientos se transmiten de generación en generación, Noemí López Hernández, cocinera tradicional de Matadamas, Soledad Etla, aprendió las técnicas y procesos de su abuelita, mamá y suegra. Ella cuida y preserva las tradiciones ya que son una herencia de amor. “Cuando cocinas involucras el corazón y el alma”, comenta Noemí.

    Para celebrar la Candelaria prepara tamales de mole negro; los ingredientes necesarios para cinco kilos de maíz son un kilo de manteca, un litro de caldo, mole, carne de cerdo deshebrada y tres pizcas de sal. Previamente nixtamaliza el maíz con agua y cal, lo cuela y lo muele en molino hasta que quede una textura quebrajada.

    Coloca la harina en una cacerola de barro y le quita los grumos, mezcla con los demás ingredientes; para lograr unos buenos tamales, Noemí recomienda “amasar a mano y de forma envolvente, así lograrán que esponjen, no queden apretados y tengan un buen sabor”.

    Mientras la masa reposa un poco, lava y hierve las hojas de plátano; una vez listas esparce en cada hoja dos cucharadas generosas de la mezcla, agrega mole y carne, los envuelve y amarra con un trozo de hoja. Prepara la olla de barro, al fondo pone agua y sal, sobre la parrilla coloca algunas hojas de plátano, persigna la cruz e introduce una a una las piezas.

    Mimi, como cariñosamente le llaman, recuerda que a los 10 años ya ayudaba en la preparación de esta receta, también le encantan los tamales de gusano de maguey y los de amarillo. El día de la Candelaria es muy especial, celebran la “paradita del Niño Dios”, desde temprano lo arregla y lo viste para llevarlo a misa, lo acompañan con música, flores y dulces. Ya en casa invitan los tamales que sirven con atole elaborado con maíz, canela y piloncillo.

    A Mimi la encontramos en el restaurante Maíz Cocina Tradicional, ubicado en Matadamas, municipio de Soledad Etla, desde donde comparte sus conocimientos sobre la cocina tradicional.

    Esperanza Hernández, cocinera tradicional de Coatecas Altas, distrito de Ejutla de Crespo, prepara los tamales con maíz blanco, conocido como cuanextle; primero lo nixtamaliza para molerlo en metate. Sus recetas preferidas son la de rajas y de mole que cocina con chiles guajillo y ancho rojo. Durante el día de la Candelaria prepara 100 tamales, si son de rajas necesita 30 manojos de flor de calabaza, cinco kilos de papas y cuatro kilos de pechuga de pollo; para la salsa utiliza miltomate, chile tabiche, cebolla, ajo y sal.

    Primero corta los ingredientes en cubos, los fríe; al final agrega las flores. Por separado revuelve la masa con manteca, caldo y sal hasta que suavice; forma una tortilla y sobre ella coloca salsa y pollo deshebrado, la envuelve con hoja de milpa, de plátano o totomoxtle. “En el fondo de una vaporera coloco agua y una cama con carrizos y las hojas restantes, sobre la olla formo una cruz con la mano, tres veces, luego introduzco uno a uno los tamales”, describe Esperanza.

    De pequeña le gustaba jugar con la masa, pero a los trece años ya los preparaba. “Aprendí de mi abuelita y mamá en mi natal Coatecas Altas”. A tía Lancha la localizamos en el restaurante Sin maíz no hay país en San Pedro Guegorexe, perteneciente al municipio de Ocotlán de Morelos.

    El estado de Oaxaca es un importante productor de maíz criollo; en producción de piña ocupa el segundo lugar de producción a nivel nacional; en coco, la sexta posición; y en carne de cerdo, el noveno lugar, indicó la oficina de Comunicación Social y Vocería del Gobierno del Estado de Oaxaca.

     

    Vínculo y foto: Azucena Suárez

  • Mujeres oaxaqueñas enaltecen el valor de las tradiciones #diainternacionaldelamujer

    Las mujeres juegan un papel muy importante en la historia, el campo, el arte, la cocina, la familia; a través de su amor y oficios enaltecen el valor de las tradiciones y su país; maestras como Abigail Mendoza, cocinera tradicional originaria de Teotitlán del Valle y Rufina Ruiz, artesana de Santa María Atzompa han puesto el nombre de Oaxaca en la esfera nacional e internacional.

    En el marco del Día Internacional de la Mujer reconocemos la labor de Abigail Mendoza Ruiz, embajadora de la cocina zapoteca quien a través de su historia ha inspirado a otras mujeres para conocer sobre las tradiciones e ingredientes de la cocina oaxaqueña. Ha viajado a diversos países para mostrar el arte culinario y para recibir múltiples reconocimientos.

    Abigail Mendoza fue pieza clave para que en el 2010 se reconociera a la cocina mexicana como Patrimonio Intangible de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Su conocimiento y sabiduría sobre el uso de los ingredientes endémicos de Oaxaca y las técnicas ancestrales zapotecas se transformaron en un documento que logró este objetivo que se buscó por más de 10 años.

    Abigail recuerda que cuando era niña su padre le obsequió una piedra de río que utilizaba para moler maíz y darle de comer a los pollos del traspatio de su casa; a los seis años ya preparaba tortillas y conocía los ingredientes para la segueza y el mole negro. Hoy transmite con maestría el uso de utensilios ancestrales como el metate en donde muele maíz, chocolate, chiles o el molcajete para preparar salsas con ingredientes locales.

    En su familia, el punto de reunión siempre fue la cocina, ahí conoció los secretos de la nixtamalización y la preparación del mole, chocolate y tortillas. Ayudó a su mamá, doña Clara Ruiz, en la crianza de sus hermanos –nueve-, y en las labores de casa, por lo que no tuvo oportunidad de concluir la primaria. Su amor por la cocina y las tradiciones se materializó en el restaurante Tlamanalli, lugar que desde 1990 alimenta el alma de sus comensales con sus aromas y sabores.

    Junto con sus hermanas Adelina, Rosario, Marcelina, María Luisa y Rufina, Abigail teje historias y crea sabores extraordinarios; preparan los alimentos de forma artesanal, atienden y reciben a los visitantes con una bella y honesta sonrisa. Es un negocio familiar en el que también dan trabajo a mujeres de la comunidad y al que se suma la labor de sus sobrinas y sobrinos.

    Con gran pasión cocina en Tlamanalli, pero también en las comidas de su casa y en las fiestas o velorios a donde la invitan para cocinar; en 1993 el periódico The New York Times menciona a su restaurante como uno de los mejores del mundo. Abigail y su familia también tejen los tapetes de lana característicos de Teotitlán del Valle; los tiñen con tintura natural y plasman motivos de las culturas ancestrales.

    Rufina Ruiz

    Para Rufina Ruiz López ser mujer representa mucha responsabilidad, pero, sobre todo, luchar contra paradigmas y las personas que no creen en el trabajo de las mujeres quienes luchan desde sus trincheras. “Como persona, como ser humano y como mujer respeto y valoro las enseñanzas que nos inculcó nuestra madre; hemos crecido con la idea de compartir lo que tenemos. Somos una familia que nació y creció con el barro, es nuestro sustento”.

    Desde la infancia tuvo contacto con el barro, lo que en un principio era un juego y una forma de aprendizaje se convirtió en su pasión. Le encanta mostrar la historia ancestral de Atzompa, los colores originales del barro, de la cerámica. “En la historia y cultura zapoteca un oficio se enseña de madre a hija; yo no tengo hijos, pero mi conocimiento lo comparto con otras mujeres y niños de diversas comunidades”.

    Actualmente está al frente del Taller Ruiz López, una cooperativa familiar que genera empleo para las familias de Santa María Atzompa. “Generamos economía social dentro de la misma comunidad, es parte de nuestra misión, lograr un gran consorcio del barro y hacer crecer en este viaje a todas las mujeres”, refiere.

    Junto con María, Cecilia, Carmen y Leonila Ruiz López diseñan y crean piezas únicas, llenas de magia, “son piezas que nacen desde el corazón y llevan parte de mi alma, desde una escultura, un plato, una cazuela, un jarrón. Al lado de mis hermanos y cuñadas compartimos el legado de nuestra madre, Juana Natalia López de Ruiz”.

    Para el artesano no hay horario, dice la maestra Rufina, quien desde temprana hora moldea sus piezas, además de ofertar recorridos, talleres, y experiencias culinarias con recetas tradicionales. Transforma el barro y la cerámica en molcajetes, cazuelas, jarros, macetas “a través del crecimiento el artesano modifica las piezas, pero jamás olvida sus raíces”.

    Rufina López cuenta con una formación artística de 12 años en el Centro de las Artes de Etla y diplomados sobre crecimiento empresarial; sus piezas se exportan a países como Estados Unidos y España, además de crear vajillas para chefs mexicanos como Elena Reygadas, Enrique Olvera, Paco Ruano y Javier Plascencia.

     

    Vínculo: Azucena Suárez

  • Medalla de Plata en Competencia Mundial para la ‘Selección Mexicana’ de Parrilleros (Mexico’s BBQ Team)

    Foto: Sociedad Mexicana de Parrilleros
    ¡México tiene parrilleros de clase mundial!
    Alejandro Gutiérrez, presidente de la Sociedad Mexicana de Parrilleros, nos habló sobre el extraordinario papel que desempeñó ‘Mexico’s BBQ Team’, (la selección mexicana de expertos de la parrilla) en el prestigioso campeonato mundial de barbacoa, “World Championship Barbecue Cooking Contest”, recientemente celebrado en Memphis, TN.
  • El Aguacate: Fruto de Mi Corazón

     

    Qué sería del Super Bowl sin el guacamole, delicia que se ubica como favorita de millones de mesas en la Unión Americana. Y esta botana es llega a paladares y corazones, gracias al aguacate mexicano.

     

    Foto: Bertha Herrera

    Por Marichuy Garduño con fotos de Bertha Herrera para La Vitamina T. 

     

    De pulpa carnosa, consistencia sutil como la mantequilla, el aguacate es uno de los ingredientes que México aporta a mundo.

    Uno de las principales delicias que tiene gran aceptación en casi todo el mundo, es el guacamole. En la cocina mexicana se usa como salsa para diversos antojitos como los tacos de carnitas, tacos dorados, las carnes asadas y en general para todo tipo de alimentos. 

    La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) registra que en cocinas internacionales el guacamole, se sirve como aderezo para platos principales, es el caso de los Estados Unidos, donde se come con totopos o se usa como salsa para guisos de carne, ampliamente difundida por la comida Tex-Mex. Además, en países donde el aguacate es muy costoso, el guacamole es considerado como una exquisitez. 

    También la SAGARPA menciona en sus estudios que del árbol de aguacate también se aprovechan sus hojas para aromatizar y condimentar. 

    “La hoja de aguacate es esencial en la comida oaxaqueña, tal es el caso del mole amarillito con carne de res, pero también en las cocinas chiapaneca y poblana. La hoja de aguacate aporta un aroma parecido al anís, su sabor es un poco dulce con un ligero toque de nuez, lo que hace de los platillos mexicanos algo especial”, expone SAGARPA.

    Sebastián Vertí, menciona en su libro El Aguacate Oro Verde de México que el aguacate es el fruto central de la gastronomía mexicana y es apreciado principalmente por su sabor y sus propiedades alimenticias y medicinales, el aguacate, de hecho, tiene una curiosa historia. En Perú, se le conoce como palta o palto, que procede de la voz quichua pallta.

    SU ORIGEN

    Los conquistadores españoles confundieron el aguacate con las peras, pero se trataba de una fruta con muchas más virtudes alimenticias y una gran versatilidad culinaria.

    Vertí agrega en su texto que, el aguacate no tiene ningún reparo en aparecer solo sobre la mesa, partido por la mitad, en elegantes rebanadas o en pequeños cuadritos.

    “Su gran virtud consiste en que no necesite ningún condimento para ser absolutamente delicioso, aunque admita a muchos –y esto es también otra virtud—ya sea para intensificar su sabor natural o para crear otros nuevos.

    “Una pizca de sal o unas gotas de limón, por ejemplo, son dos de sus compañeros más frecuentes. Para muchos mexicanos, el limón es la pareja ideal del aguacate. Le sirve para conservar su tonalidad y sus fuertes propiedades alimenticias

    Actualmente se produce en variedades como Hass, Fuerte, Bacon y Reed, entre otras especies como la criolla o silvestre, mismas que contienen propiedades antioxidantes, vitamina A, potasio, fósforo y calcio. En México, el consumo anual per cápita es de 5.4 kg.

     

    CÓMO ESCOGER EL AGUACATE

    Para muchos es difícil saber elegir un buen aguacate. Por ejemplo, cuando lo compran, es importante verificar que esté firme, para ello presioné un poco con los dedos y si cede ligeramente, está listo para comerse; por el contrario, si se queda sumido, ya está muy maduro o echado a perder.

    En ocasiones compramos aguacates verdes para que nos duren más tiempo. Un buen consejo es envolverlos en papel periódico para que maduren y tengan una consistencia perfecta.

    Es importante, que cuando se haya partido el aguacate, se consuma el mismo día para evitar que se ponga oscuro y pierda su sabor. Sin embargo, se le puede agregar unas gotas de limón para retrasar su oxidación. Cuando se prepara guacamole, es importante dejar el hueso de esta verdura para evitar que cambie de color. 

    SABÍAS QUÉ

    En México, es Michoacán donde se concentra el mayor volumen de producción de aguacate, es decir más de un millón de toneladas. Otras entidades que también son importantes generadores son: Jalisco, Estado de México, Nayarit, Morelos y Guerrero.

    Fuente: Comunicación Social de SAGARPA.

     

  • El Maíz, Alma del Mexicano

     

    POR MARICHUY GARDUÑO/ FOTO: BERTHA HERRERA

    POR MARICHUY GARDUÑO/ FOTO: BERTHA HERRERA

    Con el maíz se preparan los tamales, las tortillas, el pozole, los sopes las tostadas y las que quesadillas, en fin, un sinnúmero de platillos que han enriquecido a la gastronomía mexicana. Patricia Van Rhijn Armidas, en su libro La Cocina del Maíz, menciona que la tradición en el cultivo y consumo del maíz en México se ha desarrollado y depurado con el transcurso de los años. “Con lo que respecta a la época prehispánica, los antiguos mexicanos no freían sus platillos; en cuanto a los guisos de origen colonial, muestran claramente la influencia de la cocina española marcada, a su vez, por la gastronomía del islam y sus aceites; y en lo que se refiere al siglo XIX, abundan los sabrosos antojitos”, explica Rhijn Armidas.

    La investigadora Ana María Benítez, en el texto Cocina Prehispánica dice que, debido a que el maíz era la base de la comida indígena en la América Precolombina, existían muchas deidades consagradas a él, a los cuales rendían culto, siendo las principales: Centéotl, dios del maíz, Gilonen, dios de las mazorcas tiernas, e Ilamatecuhtli, diosa de las mazorcas secas. “Los Mayas creían que el primer hombre había sido hecho de maíz y en el Popol-Vuh, libro sagrado de este pueblo”, menciona la investigadora.

    BEBIDAS ANTIGUAS CON MAÍZ
    En el Recetario Mexicano del Maíz, editado por el Museo Nacional de Culturas Populares, se mencionan varias bebidas que tienen como base el maíz. Entre ellas destaca la chicha: una bebida preparada con granos, especialmente de maíz germinado, cuyo cocimiento se deja fermentar. Las chichas frescas no requieren la fermentación del grano. Otra bebida es el piznate, el cual se prepara en Nayarit, en el que se escogen unas mazorcas frescas, no muy tiernas y se desgranan.Se pone a cocer este maíz muy bien lavado, hasta reventar, se escurre, tuesta y se muele en el metate. Después Se cuela y se hierve con piloncillo, se deja enfriar y se toma con hielo. El tejuino es otra bebida, el cual se prepara con maíz, agua y piloncillo. Se puede servir agregándole nieve de limón y también se puede preparar con maíz germinado.

    CULTO AL MAÍZ
    Este grano milenario es una joya alimenticia de la que los mexicanos están muy orgullosos, pues ha sido sustento de todo un pueblo por miles de años. Virginia García Acosta, en su libro Los Señores del Maíz dice que este grano se distingue claramente de otros cereales y constituye, de hecho, el cereal más evolucionado, junto con el frijol, el chile, el amaranto, el zapote, la calabaza y el aguacate. Es el maíz una de las plantas que cuentan, según hallazgos arqueológicos, con la mayor antigüedad en Mesoamérica. “Su importancia en la alimentación convirtió a la planta del maíz en algo sagrado, al que incluso se le atribuye el origen del hombre”, puntualiza García Acosta.

    Marichuy Garduño

    Periodista gastronómica con 25 años de experiencia. Ha trabajado en los suplementos culinarios de los diarios más importantes de México como Buena Mesa, Reforma; Menú impreso y Online, de El Universal. Actualmente es editora de Pimienta, Excélsior.

    A lo largo de su carrera, Marichuy ha entrevistado a varias personalidades del medio gastronómico, de la política y la literatura, entre los que destacan Enrique Olvera, Ricardo Muñoz Zurita, Alicia Gironella, Massimo Bottura, Gastón Acurio, Alex Atala, Robert Mondavi, Carlos Monsiváis, Cuauhtémoc Cárdenas, Elena Poniatowska y Jacobo Zabludovsky entre otros.

    Bertha Herrera

    Comunicóloga de profesión, fotógrafa por convicción. Chilanga de nacimiento, oaxaqueña de corazón. Adicta a  capturar  imágenes, a resaltar las texturas de las cosas y de las personas. A lo largo de 23 años ha retratado grandes personajes vinculados con la gastronomía, la arquitectura, la moda, el diseño, la cultura, se ha especializado en la fotografía gastronómica, tomando cursos de food styling en en el Culinary de Nueva York.

    Ha trabajado en dos de los periódicos más importantes de México como son El Reforma y El Universal, y ha colaborado para  revistas relacionadas con estilos de vida, como El Gourmet, Chilango, In Style, Ha sido testigo de la transformación que ha habido dentro de la gastronomía mexicana. Para su lente han posado iconos de la cocina mexicana como Carmen Ramírez Degollado, Patricia Quintana, Alicia Gironella,  Giorgio D´ Angeli, Mónica Patiño y grandes cocineras tradicionales como Abigail Mendoza, Deyanira Aquino, Benedicta  Alejo. También destacados chefs como Ferran Adrià, René Redzepi , Joan Roca, Massimo Botura  Juan Mari Arzac , e infinidad de personajes famosos del mundo del espectáculo, la moda, la arquitectura, la cultura.

    Como dice la canción  “veinte años no es nada”, pero para ella han sido un cúmulo de experiencia en el ha conocido y viajado. Bertha ha hecho la fotografía para tres libros relacionados con la gastronomía. El libro acerca del chile es el que más emoción le ha causado.

  • La Vainilla – El Perfume Mexicano que Conquistó al Mundo

    Sin lugar a dudas, uno de los ingredientes más delicados y de mayor uso en el mundo de la gastronomía es la vainilla. Una flor mexicana, que ha estado presente desde tiempos prehispánicos

    POR MARICHUY GARDUÑO/ FOTO: BERTHA HERRERA

    Creo que para muchos el olor y sabor de la vainilla es inigualable. Se trata de un producto culinario que ha estado entre los mexicanos desde tiempos muy antiguos. Su uso se generaliza ya sea en postres, entrada y platos fuertes.

    La historia de la vainilla comienza con las culturas prehispánicas, situadas en México, entre otros usos la ocupaban para aromatizar una bebida a base de cacao, llamada Xocolatl.

    Jesús Flores y Escalante, en su texto Brevísima Historia de la Comida Mexicana, dice que la vainilla es originaria de la huasteca, de una porción que hoy conocemos como Papantla, en el estado de Veracruz. Fueron los olmecas y posteriormente los huastecas quienes durante siglos cultivaron esta bella orquídea, para que ya en tiempos del imperio mexica formará parte del impuesto pagado por los totonacas al gran tlatoani Moctezuma Xocoyotzin.

    “Los olmecas llamaron a esta flor xanat o xanal, siendo su etimología, tlillxóchitl, que significa flor negra; la voz vainilla nació por comparación inmediata del fruto que los españoles encontraron en la vaina de la flor”, explica el historiador.

    EN OTRAS TIERRAS 

    La vainilla conoció otras tierras al momento de la conquista, cuando fue llevada a España como parte del intercambio cultural y gastronómico de la colonización. Tras intentar cultivarla, se dieron cuenta que el secreto de las largas y delgadas vainas se había quedado en México: la melipona o abeja de monte, pue ellas eran las únicas que podían polinizar la flor de la vainilla y junto con ciertos colibríes nativos, eran las más efectivas.

    Por casi tres siglos el único productor de vainilla fue México, sin embargo, para 1841, los europeos desarrollaron un método eficaz para fertilizar la flor a mano.

    Comunicación Social de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) registra que, actualmente por las condiciones climáticas y de suelo, la vainilla se produce en otros países principalmente en la isla de Madagascar, sin embargo, desde hace 8 años el fruto maduro de la orquídea Vanilla planifolia Andrews, es decir la Vainilla de Papantla, cuenta con Denominación de Origen, protegiendo así 39 municipios entre Veracruz y Puebla.

    “Este producto mundialmente famoso, se utiliza como saborizante en casi todo el mundo, es favorito de consumir en Estados Unidos, seguido de Canadá y Europa, usualmente se ocupa en postres como malteadas, helados, galletas. Además, su consumo aporta nutrientes como: hierro, calcio, potasio y fosforo.

    De las 15 especies de vainillas mesoamericanas, nueve se encuentran en México, en donde Veracruz es el principal productor, con 481 toneladas, indican las cifras de Comunicación Social de la SAGARPA.

    Para deleite de nuestros lectores, tenemos el placer de contar con la colaboración de la periodista Marichuy Garduño y la fotógrafa Bertha Herrera. Encuentren más sobre estas pioneras del periodismo gastronómico en México en su deliciosa página www.conapetito.com.mx 

    Marichuy Garduño

    Periodista gastronómica con 25 años de experiencia. Ha trabajado en los suplementos culinarios de los diarios más importantes de México como Buena Mesa, Reforma; Menú impreso y Online, de El Universal. Actualmente es editora de Pimienta, Excélsior.

    A lo largo de su carrera, Marichuy ha entrevistado a varias personalidades del medio gastronómico, de la política y la literatura, entre los que destacan Enrique Olvera, Ricardo Muñoz Zurita, Alicia Gironella, Massimo Bottura, Gastón Acurio, Alex Atala, Robert Mondavi, Carlos Monsiváis, Cuauhtémoc Cárdenas, Elena Poniatowska y Jacobo Zabludovsky entre otros.

    Bertha Herrera

    Comunicóloga de profesión, fotógrafa por convicción. Chilanga de nacimiento, oaxaqueña de corazón. Adicta a  capturar  imágenes, a resaltar las texturas de las cosas y de las personas. A lo largo de 23 años ha retratado grandes personajes vinculados con la gastronomía, la arquitectura, la moda, el diseño, la cultura, se ha especializado en la fotografía gastronómica, tomando cursos de food styling en en el Culinary de Nueva York.

    Ha trabajado en dos de los periódicos más importantes de México como son El Reforma y El Universal, y ha colaborado para  revistas relacionadas con estilos de vida, como El Gourmet, Chilango, In Style, Ha sido testigo de la transformación que ha habido dentro de la gastronomía mexicana. Para su lente han posado iconos de la cocina mexicana como Carmen Ramírez Degollado, Patricia Quintana, Alicia Gironella,  Giorgio D´ Angeli, Mónica Patiño y grandes cocineras tradicionales como Abigail Mendoza, Deyanira Aquino, Benedicta  Alejo. También destacados chefs como Ferran Adrià, René Redzepi , Joan Roca, Massimo Botura  Juan Mari Arzac , e infinidad de personajes famosos del mundo del espectáculo, la moda, la arquitectura, la cultura.

    Como dice la canción  “veinte años no es nada”, pero para ella han sido un cúmulo de experiencia en el ha conocido y viajado. Bertha ha hecho la fotografía para tres libros relacionados con la gastronomía. El libro acerca del chile es el que más emoción le ha causado.

     

  • La Fascinante Historia de los Cacahuates Japoneses en México. Entrevista con Eduardo Nakatani.

    ¿A quién le gustan los cacahuates japoneses? ¡A nosotros también! En este episodio de Sazón, Razón y Corazón, platicamos con el gastrónomo mexicano, Eduardo Nakatani, heredero de un delicioso imperio: el de los cacahuates japoneses Nipón. Eduardo nos contó la fascinante historia de su abuelo, Yoshigei Nakatani, un japonés que llegó a México para conquistarlo a través del estómago, y para dejarle como legado una deliciosa botana.