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Receta para Hacer Pan de Muerto – Nuestra Mesa
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Con las celebraciones del Día de Muertos a la vuelta de la esquina, pensamos en traerles la receta para hacer un tradicional, delicioso e indispensable pan de muerto.
Esta receta requiere dejar reposar los primeros ingredientes durante un día, así que si piensan hacerla, les recomendamos prepararla con tiempo suficiente.
Rinde para 45 panes de 100 gr. cada uno o un pan familiar de aproximadamente 4.5 kilos.
Paso 1:
Ingredientes
- 120 gr. levadura fresca (usa 1/3 de la cantidad si es que piensas usar levadura artificial)
- 340 ml. de agua
- 400 gr. de harina
Proceso
- Entibia el agua en el microondas
- Revuelve los ingredientes con el agua hasta formar una masa
- Deja reposar la masa por un dia entero en un recipiente engrasado con aceite. Cubre el recipiente con plástico y colócalo en un lugar fresco.
Paso 2:
Ingredientes
- 32 huevos
- 320 gr. azúcar
- 2.250 kg harina
- 40 gr. de sal
- 1 kg. mantequilla
- 4 cucharadas de agua de azahar
Proceso
- Incorpora los primeros cuatro ingredientes con el agua de azahar, hasta formar una masa homogénea y que no se pegue.
- Agrega la masa que preparaste un día anterior sigue amasando hasta que este bien incorporada.
- Deja que la mantequilla esté a temperatura ambiente y agrégala en trozos de alrededor de 100 gr. hasta integrarla toda.
- Forma bolas de 100 gr si quieres hacer porciones individuales y de 400 gr. para hacer un pan familiar.
- Forma los huesitos con pedazos pequeños de masa, Las puedes rodar en la mesa y aplanarla con los dedos.
- Barniza con yema de huevo y deja fermentar durante una hora.
- Mete tu mezcla a hornear a 200 grados hasta que los panes estén de color café claro
- Saca tus panes del horno y déjalos enfriar.
- Derrite mantequilla y barniza con ella los panes. Después espolvoréalos con azúcar refinada hasta que queden cubiertos
¡Acompaña tu pan con un buen chocolate!
Publicada originalmente en octubre de 2012.
El chef Aldo Saavedra ha cocinado para huéspedes de establecimientos como el conocido Hotel Condesa D.F. y ha contribuído con sus recetas en proyectos con marcas de la talla de Larousse y Danone. En Nuestra Mesa, el chef Saavedra comparte con los lectores de La Vitamina T, su pasión por la cocina y por México. Encuentra más información sobre el chef Saavedra en RutaAlma
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El Zacahuil y el Xojol: Delicias de la Huasteca
Por: Gaby Navarro
¡La huasteca, mi huasteca! Ese pedacito de México que hermana los estados de Tamaulipas, Veracruz, San Luis Potosí, Hidalgo, la Sierra Gorda de Querétaro e incluso un poco de Puebla. La llevo en la sangre con orgullo y con amor en el corazón. Con una tradición gastronómica ancestral, la región huasteca sorprende a propios y extraños con su variedad.
Hoy he elegido dos platillos, el zacahuil y el xojol. Les hablaré de su historia y elaboración para trasportarlos a mi tierra, donde el aroma del primero invita a celebrar, mientras que el olor a canela y piloncillo del segundo, los hace sentir en casa.
El Zacahuil
En 1431, los pueblos de la huasteca eran dominados por Tenochtitlán, Texcoco y Tacuba, por lo que Moctezuma hizo prisioneros a los caudillos, nobles, caciques y reyes de la región. Antes de llevarlos a prisión, los cautivos eran humillados al ser obligados a vestirse de mujer, pintarse a la usanza tradicional y bailar la Danza de Moctezuma en Cuextlán, (misma que hoy en día conocemos como “danza de los comanches”). En 1468 los pueblos comenzaron a pagar tributo a un “calpixqui” (mayordomo) de Moctezuma llamado, “Quimichtín” o ratón, a quien los huastecos dieron el nombre de “Huehutli” (huehue-viejo, tlicutli-brasas), cuya interpretación es la de “viejito caliente”.
“Huehutli”, entre otras atrocidades, sacrificaba niños recién nacidos para chuparles la sangre, acto que según él, servía para recuperar la juventud. Además, abusaba sexualmente de niñas, mujeres y ancianas. Los huastecas, furiosos, se negaron a seguir pagando tributo a los aztecas, y posteriormente se levantaron contra ellos. Una vez que los huastecos se enteraron de que los aztecas habían sido derrotados por los tarascos, buscaron a “Huehutli” y lo tomaron prisionero, lo mataron y lo degollaron. Posteriormente, lo envolvieron en masa martajada, enchilada y molida en un metate, cubriéndolo con hojas de papatla (una hoja parecida a la del plátano ). Fue de esta manera, que con todo su cuerpo prepararon por primera vez un “chacahuil”: hicieron un enorme hoyo en la tierra, el cual llenaron de piedras ardientes y brasas. Una vez cocido, el platillo se repartió entre todas la mujeres ultrajadas con el fin de limpiar su honra. Mientras lo comían, las mujeres gritaban jubilosas “tlanque cualantli” (se acabó el problema). Esta práctica se popularizó, transformándose en una tradición durante las guerras. A los enemigos se les tomaba como prisioneros y los huastecos hacían el zacahuil para comérselos. Con la llegada de los españoles, el zacahuil comenzó a preparase con la carne del guajolote o del puerco.
Para nosotros los huastecos de la zona sur de Tamaulipas y norte de Veracruz, el mejor zacahuil es sin duda el que se hace en la vecina población de Pánuco, Veracruz a escasos 50 minutos de Tampico.
El lugar donde debes comerlo es sin duda la fonda “Doña Vicky” ubicada en calle Lerdo de Tejada #219, donde su propietaria doña María Virginia Villalón lleva más de 45 años cocinándolo. Doña Vicky ha sido homenajeada en diversas ocasiones por el gobierno municipal de Pánuco, y ha sido embajadora de la comida huasteca, llevando su zacahuil desde California hasta Japón. Ella nos contó que para hacer un buen zacahuil, se debe primero “arreglar” una base de lámina con 20 hojas de plátano, se prepara la masa con manteca chile cascabel y un poco de royal y aparte se elabora el “chilpán” (adobo) con chile molido, pimienta, cebolla, todo frito. Con esta mezcla se baña la carne y se pone dentro del zacahuil, se cierra y se ata con cordón para meterlo al horno de barro (de preferencia) por 10 horas. ¡Un sólo zacahuil puede alimentar desde 30 hasta más de 100 personas! La consistencia de este manjar es como de atole: la masa forma pequeñísimas “bolitas” que parecen arroz. El sabor es delicioso, la mezcla de la masa con la carne y el “chilpán” es irresistible. ¡Tienen que probarlo!
El Xojol
El Xojol (“ojo” en tének), es un platillo típico de la huasteca hidalguense. El mejor lugar para comerlo es Huejutla de reyes, Hidalgo. Tan grande como el zacahuil, la principal diferencia entre uno y otro radica en que el Xojol es dulce y se elabora a base de masa martajada, canela, coco, piloncillo, pasas y manteca envueltos en hoja de papatla. El Xojol se hornea también en horno de piedra, o de lodo, y su sabor es excepcional. Es ideal acompañarlo con café negro recién hecho. Su detallada técnica de preparación sigue perdurando aún con el pasar de los años, conservando la esencia y tradicionalidad que solo la huasteca puede ofrecer.
Hasta la próxima ¡Abrazos Jaibos!
Gaby Navarro es corresponsal de La Vitamina T. Además de su infecciosa pasión por su natal Tampico, y su conocimiento sobre la gastronomía y tradiciones locales de primera mano, Gaby es dueña de la empresa de banquetes Fextivo. Encuéntrala a esta extraordinaria embajadora tampiqueña en su página de Facebook
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Milhojas de Crema y Miel con Azafrán de la Chef Manchega Rocío Arroyo
¿Sabes que “manchego” es un gentilicio?
Hace unas semanas tuvimos la fortuna de de transportarnos vía telefónica hasta La Mancha, España (seguro pensaron en Don Quijote) para hablar con la chef repostera Rocío Arroyo.
Bastaron unos minutos para darnos cuenta de nuestra buena fortuna. Esta gastrónoma educadora, ponente y conductora de televisión, desborda tanta pasión como conocimiento. Pudimos habernos extendido horas hablando con ella sobre los tesoros gastronómicos de esta región española, y aunque breve, durante nuestra conversación nos quedó muy claro el por qué, como Rocío dice, “La Mancha engancha.”
Uno de los productos icónicos manchegos, junto con el queso producido por la raza ovina del mismo nombre, es el azafrán.
El azafrán, conocido como “Oro Rojo” por su alto precio, ha sido utilizado y apreciado por diferentes culturas a lo largo de la historia. Además usarse como colorante o perfume, se le han atribuído propiedades medicinales. Seguro lo has probado, pero quizás únicamente en paella. Ojo: sí lo compras, asegúrate de que te lo den en hebras, jamás molido.
El azafrán manchego tiene denominación de origen y se considera el mejor del mundo. Aquí, el protocolo para su cultivo y cosecha es intenso y verdaderamente una artesanía.
Escucha todos los detalles en nuestra entrevista con la chef Arroyo aquí y encuentra una deliciosa receta para preparar un milhojas de miel con azafrán al pie. ¡Dínos qué tal te quedó en nuestra página de Facebook!
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La Vitamina T Wins 2014 YolotlMetzli Award!
Thank you friends and readers for nominating La Vitamina T for the Yolotmetztli Award granted by the Binational Institute of Human Development. I feel incredibly honored and absolutely privileged to be recognized for doing what I love most: creating awareness for one of Mexico’s most delicious and fascinating treasures, its food.
The more I talk about food, the more I find it a particularly powerful element of national identity. Food gives us a common ground (we eat, therefore we exist), and while food makes us different, it also makes us the same.
Perhaps through this interactive art form, we can find understanding and love for the people who bring it to life.
To find more information about this event or to RSVP, click here.