• Nuestra Mesa – Tamales Veracruzanos

    tameles veracruzanos
    Fotos: Manuel Rivera – Veracruz, México

    Por: Aldo Saavedra

    Receta cortesía de la señora Guadalupe Reyes Navarrete de Villa Isla, Verácruz

    De gusto popular en la región, este platillo suele ser servirse en fiestas  e incluso velorios. Familiares, amigos cercanos y vecinos se reúnen para su preparación.  Los varones cuecen la masa, mientras las mujeres elaboran la salsa y ejecutan el armado. La cocción final es responsabilidad de los varones. Generalmente se hacen grandes cantidades para comer durante la festividad y es costumbre regalar un ¨itacate¨ a los que ayudaron en la elaboración de esta delicia.


    Para los tamales:

    • 1 kilo de masa de maíz
    • 1 rollo de hoja de plátano
    • 12 piezas de pollo (puedes sustituir el pollo por costilla de cerdo)
    • 3 litros de agua
    • 100 gramos de manteca de cerdo
    • 100 mililitros de aceite de canola
    • 7 piezas de hoja santa
    • Sal al gusto

    Para la salsa: 

    • 12 piezas de chile morita
    • 2 jitomates
    • 1 diente de ajo
    • 1 pizca de comino
    • 2 pimientas gordas
    • 2 clavos de olor
    • 1/4 de pieza de cebolla
    • 1 litro de agua
    • Sal al gusto

    Preparación:

    Tamales

    1. Pon a cocer el pollo en el agua con sal y hierbas de olor a gusto
    2. Pon a batir  la masa con 500 ml de caldo de la cocción del pollo
    3. Añade  1.5 litros de caldo de pollo hirviendo, la manteca, aceite, consomé, sal y  una hoja santa
    4. Añade la masa y pónla a cocer durante 20 minutos sin dejar de batir, hasta que quede una masa homogénea y suave

    Salsa

    1. Pon a hervir los chiles. Añade los jitomates una vez que los chiles estén suaves.
    2. Ya que los chiles y los jitomates estén cocidos,  muélelos con el agua en el que se cocieron y  añade el clavo, el comino y la pimienta
    3. Colócalos en fuego y agrega sal al gusto
    4. Hierve de 15 a 25 minutos
    5. Mezcla las piezas de pollo con la salsa. Deja entibiar.

    Armado
    Limpa y soasa la hoja de plátano (pásala rápidamente por fuego para que ablande)
    Sobre la hoja pon 1 cucharada grande de masa, una pieza de pollo, salsa, media hoja santa y cierra el tamal
    Pon los tamales a cocer en una vaporera acomodándolos acostados, durante 45 minutos o hasta que estén cocidos

    Acompaña con atole o champurrado.

    chefaldoEl Chef Aldo Saavedra ha cocinado para huéspedes de establecimientos como el conocido Hotel Condesa D.F. y ha contribuído con sus recetas en proyectos con marcas de la talla de Larousse y Danone. En Nuestra Mesa, y en su página México de mis Sabores, el Chef Aldo comparte con los lectores de  La Vitamina T, su pasión por la cocina y por México.

  • El Zacahuil y el Xojol: Delicias de la Huasteca

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    Zacahuil. Foto: Gaby Navarro

    Por: Gaby Navarro

    ¡La huasteca, mi huasteca! Ese pedacito de México que hermana los estados de Tamaulipas, Veracruz, San Luis Potosí, Hidalgo, la Sierra Gorda de Querétaro e incluso un poco de Puebla. La llevo en la sangre con orgullo y con amor en el corazón. Con una tradición gastronómica ancestral, la región huasteca sorprende a propios y extraños con su variedad.

    Hoy he elegido dos platillos, el zacahuil y el xojol. Les hablaré de su historia y elaboración para trasportarlos a mi tierra, donde el aroma del primero invita a celebrar, mientras que el olor a canela y piloncillo del segundo, los hace sentir en casa.

    El Zacahuil

    En 1431, los pueblos de la huasteca eran dominados por Tenochtitlán, Texcoco y Tacuba, por lo que Moctezuma hizo prisioneros a los caudillos, nobles, caciques y reyes de la región. Antes de llevarlos a prisión, los cautivos eran humillados al ser obligados a vestirse de mujer, pintarse a la usanza tradicional y  bailar la Danza de Moctezuma en Cuextlán, (misma que hoy en día conocemos como “danza de los comanches”). En 1468 los pueblos comenzaron a pagar tributo a un “calpixqui” (mayordomo) de Moctezuma llamado, “Quimichtín” o ratón, a quien los huastecos dieron el  nombre de “Huehutli” (huehue-viejo, tlicutli-brasas), cuya interpretación es la de “viejito caliente”.

    “Huehutli”, entre otras atrocidades, sacrificaba niños recién nacidos para chuparles la sangre, acto que según él, servía para recuperar la juventud. Además, abusaba sexualmente de niñas, mujeres y ancianas.   Los huastecas, furiosos, se  negaron a seguir pagando tributo a los aztecas, y posteriormente se levantaron contra ellos. Una vez que los huastecos se enteraron de que los aztecas habían sido derrotados por los tarascos, buscaron a “Huehutli” y lo tomaron prisionero, lo mataron y lo degollaron. Posteriormente,  lo envolvieron en masa martajada, enchilada y molida en un metate, cubriéndolo con hojas de papatla (una hoja parecida a la del plátano ). Fue de esta manera, que con todo su cuerpo prepararon por primera vez un “chacahuil”: hicieron un enorme hoyo en la tierra, el cual llenaron de piedras ardientes y brasas.  Una vez cocido, el platillo se repartió entre todas la mujeres ultrajadas con el fin de limpiar su honra. Mientras lo comían, las mujeres gritaban jubilosas “tlanque cualantli” (se acabó el problema). Esta práctica se popularizó, transformándose en una tradición durante las guerras.  A los enemigos se les tomaba como prisioneros y los huastecos hacían el zacahuil para comérselos. Con la llegada de los españoles, el zacahuil comenzó a preparase con la carne del guajolote o del puerco.

    Para nosotros los huastecos de la zona sur de Tamaulipas y norte de Veracruz, el mejor zacahuil es sin duda el que se hace en la vecina población de Pánuco, Veracruz a escasos 50 minutos de Tampico.

    El lugar donde debes comerlo es sin duda la fonda “Doña Vicky” ubicada en calle Lerdo de Tejada #219, donde su propietaria doña María Virginia Villalón lleva más de 45 años cocinándolo. Doña Vicky ha sido homenajeada en diversas ocasiones por el gobierno municipal de Pánuco, y ha sido embajadora de la comida huasteca, llevando su zacahuil desde California hasta Japón. Ella nos contó que para hacer un buen zacahuil, se  debe primero “arreglar” una base de lámina con 20 hojas de plátano, se prepara la masa con manteca chile cascabel y un poco de royal y aparte se elabora el “chilpán” (adobo) con chile molido, pimienta, cebolla, todo frito. Con esta mezcla se baña la carne y se pone dentro del zacahuil, se cierra y se ata con cordón para meterlo al horno de barro (de preferencia) por 10 horas. ¡Un sólo zacahuil puede alimentar desde 30 hasta más de 100 personas! La consistencia de este manjar es como de atole: la masa forma pequeñísimas “bolitas” que parecen arroz.  El sabor es delicioso, la mezcla de la masa con la carne y el “chilpán” es irresistible. ¡Tienen que probarlo!

    El Xojol

    Xojol Huasteco Fuente de Foto: https://patrimoniohuastecahidalguense.wordpress.com/2012/10/27/gastronomia/
    Xojol Huasteco. Fuente de Foto: Patrimonio Huasteca Hidalguense

    El Xojol (“ojo” en tének), es un platillo típico de la huasteca hidalguense. El mejor lugar para comerlo es Huejutla de reyes, Hidalgo.  Tan grande como el zacahuil, la principal diferencia entre uno y otro radica en que el Xojol es dulce y se elabora a base de masa martajada, canela, coco, piloncillo, pasas y manteca envueltos en hoja de papatla. El Xojol se hornea también en horno de piedra, o de lodo, y su sabor es excepcional. Es ideal acompañarlo con café negro recién hecho. Su detallada técnica de preparación sigue perdurando aún con el pasar de los años, conservando la esencia y tradicionalidad que solo la huasteca puede ofrecer.

    Hasta la próxima ¡Abrazos Jaibos!

     

    gabyGaby Navarro es corresponsal de La Vitamina T. Además de su infecciosa pasión por su natal Tampico, y su conocimiento sobre la gastronomía y tradiciones locales de primera mano, Gaby es dueña de la empresa de banquetes Fextivo. Encuéntrala a esta extraordinaria embajadora tampiqueña en su página de Facebook