• ¡Llegaron las Posadas!

     

    Foto: Bertha Herrera para La Vitamina T

    Diciembre es época de fiesta, de compartir y de abundantes sabores de temporada ¿quieres saber el origen de estas celebraciones? Aquí te lo decimos

    POR MARICHUY GARDUÑO/ FOTOS: BERTHA HERRERA

    El 16 de diciembre inicia la primera posada, la cual es un festejo popular mexicano y un deleite gastronómico. También es un regocijo para disfrutar la fruta, colaciones, ponche y algunos antojitos deliciosamente decembrinos.

    La historiadora María Fábregas dice que el origen de las posadas se remonta a tiempos anteriores a la conquista, cuando los indígenas celebraban el nacimiento de Huitzilopochtli, dios de la guerra.

    “Los religiosos agustinos llegados a tierras americanas para evangelizar a los nativos, suplantaron la imagen de Huitzilopochtli por la de María y José.

    “En un principio, los religiosos oficiaban la misa e intercalaban escenas alusivas a la Navidad; los asistentes se reunían en el templo y en el atrio. Las calles se adornaban con farolas y enseñaban a los indígenas cantos religiosos para amenizar el festejo. Inteligentemente, los evangelizadores utilizaron ofrendas similares a las brindadas a los dioses prehispánicos: flores, comida, música y danzas, ritos que les eran familiares a los convertidos”, explica Fábregas.

    LOS NUEVE MESES DE MARÍA

    La historiadora agrega que, desde hace más de 400 años, las posadas se realizan del 16 al 24 de diciembre, tiempo en el que se simbolizan los nueve meses de embarazo de la Virgen y el peregrinar de María y José desde su salida de Nazareth hasta su llegada a Belén que culmina con el nacimiento del Niño Jesús.

    Fray Diego de Soria, prior del convento de San Agustín Acolman, en 1587 le solicitó autorización al Papa Sixto V para oficiar misas, denominadas “aguinaldos”, en los mismos días de las posadas; obtuvo el permiso y la primera fue oficiada en el monasterio de Acolman. La costumbre se extendió a otras parroquias y las misas se desarrollaban en los atrios de las iglesias; al terminar la ceremonia, se organizaban procesiones, oraciones y festejos amenizados con comidas y frutas.

    A principios del siglo XIX, la costumbre de reunirse en los atrios pasó a las casas y los peregrinos, encabezados por María y José, caminaban con velas que iluminaban su paso y tocaban de puerta en puerta pidiendo posada para pasar la noche.

    En la actualidad en México, las posadas son una gran fiesta donde los majares navideños no se hacen esperar. Por supuesto las piñatas, una alegoría del pecado (llamativo por fuera, pero hueco por dentro) son elemento infaltable de la algarabía nacional, la cual una vez que se rompe (con los ojos vendados porque la fe es ciega) llena de júbilo a chicos y grandes con sus dulces y frutas, sinónimo de fiesta con sabor.

    Para deleite de nuestros lectores, tenemos el placer de publicar el trabajo de nuestras colaboradoras, la periodista Marichuy Garduño y la fotógrafa Bertha Herrera. Encuentren más sobre estas pioneras del periodismo gastronómico mexicano en su página www.conapetito.com.mx

     

     

  • Un Festín de Otro Mundo #DiadeMuertos

     

    Foto: Bertha Herrera para La Vitamina T

    El Día de Muertos, un evento tan difícil de entender para otras culturas, tiene para los mexicanos un significado especial, especialmente en la gastronomía, aquí los detalles.

    POR MARICHUY GARDUÑO/FOTOS: BERTHA HERRERA

    Próximamente los mexicanos estaremos de fiesta, pues los Santos Difuntos estarán de regreso. Serán dos días, 1 y 2 de noviembre, que trataremos de honrarlos con las mejores viandas que adornarán sus altares. Donde la luz de las velas juega un papel importante para mostrarles el camino y la flor de cempasúchil lo llenará de aroma y color.

    Mole de guajolote, champurrado, tamales, pulque, pozole de carne de puerco en chile guajillo, mezcal, dulce de calabaza, buñuelos de viento, cigarros, café, frijoles, tortillas, chocolate, frutas y pan de muerto, que se elabora de diversas formas humanas y animales, son tan sólo algunos manjares que conformarán el banquete de las ánimas que estarán de visita.

    Edmundo Escamilla, historiador gastronómico explica que, los antojos que en vida gustaban al ser querido revestirán el altar, el cual es adornado de acuerdo a la región que pertenezca en nuestro país.

    TRADICIONES DE NORTE A SUR

    México es un mosaico de ricas tradiciones y cada región vive la fiesta de los Fieles Difuntos con sus diferentes tradiciones. En Michoacán, por ejemplo, se les lleva comida a los panteones y las tumbas se adornan con flores de cempasúchil.

    “En algunas comunidades se hace un altar adornado con filigranas de papel de china de variados colores y figuras que van desde catrinas, animales, calaveras y huesos, por mencionar algunas”, agrega Escamilla.

    También, se incluyen sahumerios o copas con incienso, velas y veladoras. Los vasos de agua con primordiales para calmar la sed de nuestros seres queridos que llegan de visita.

    Además, reina la música que se suma a la explosión de cohetes para alegrar la visita de los difuntos.

    Sin lugar a dudas El Día de Muertos es una fiesta que gozan vivos y difuntos. Una algarabía de sabor, pues los mejores manjares son elaborados con el amor que sentimos por nuestros seres queridos que han dejado de existir.

     

     

  • Receta para Hacer Pan de Muerto – Nuestra Mesa

    Foto: Manuel Rivera Ciudad de México, México

     

    CLICK TO SEE THIS RECIPE IN ENGLISH

    Con las celebraciones del Día de Muertos a la vuelta de la esquina, pensamos en traerles la receta para hacer un tradicional, delicioso e indispensable pan de muerto.

    Esta receta requiere dejar reposar los primeros ingredientes durante un día, así que si piensan hacerla, les recomendamos prepararla con tiempo suficiente.

    Rinde para 45 panes de 100 gr. cada uno o un pan familiar de aproximadamente 4.5 kilos.

    Paso 1:

    Ingredientes

    • 120 gr. levadura fresca (usa 1/3 de la cantidad si es que piensas usar levadura artificial)
    • 340 ml. de agua
    • 400 gr. de harina

    Proceso

    1. Entibia el agua en el microondas
    2. Revuelve los ingredientes con el agua hasta formar una masa
    3. Deja reposar la masa por un dia entero en un recipiente engrasado con aceite. Cubre el recipiente con plástico y colócalo en un lugar fresco.

    Paso 2:

    Ingredientes

    • 32 huevos
    • 320 gr. azúcar
    • 2.250 kg harina
    • 40 gr. de sal
    • 1 kg. mantequilla
    • 4 cucharadas de agua de azahar

    Proceso

    1. Incorpora los primeros cuatro ingredientes con el agua de azahar,  hasta formar una masa homogénea y que no se pegue.
    2. Agrega la masa que preparaste un día anterior sigue amasando hasta que este bien incorporada.
    3. Deja que la mantequilla esté a temperatura ambiente y  agrégala en trozos de alrededor de 100 gr.  hasta integrarla toda.
    4. Forma bolas  de 100 gr si quieres hacer porciones individuales y de 400 gr.  para hacer un pan familiar.
    5. Forma los huesitos con pedazos pequeños de masa, Las puedes rodar en la mesa y aplanarla con los dedos.
    Foto: Manuel Rivera – Ciudad de México, México
    1. Barniza con yema de huevo y deja fermentar durante una hora.
    Foto: Manuel Rivera – Ciudad de México, México
    1. Mete tu mezcla a hornear a 200 grados hasta que los panes estén de  color café claro

    2. Saca tus panes del horno y déjalos enfriar.

    3. Derrite mantequilla y barniza con ella los panes. Después espolvoréalos con azúcar refinada hasta que queden cubiertos

    ¡Acompaña tu pan con un buen chocolate!

    Publicada originalmente en octubre de 2012.

    El chef Aldo Saavedra ha cocinado para huéspedes de establecimientos como el conocido Hotel Condesa D.F. y ha contribuído con sus recetas en proyectos con marcas de la talla de Larousse y Danone. En Nuestra Mesa, el chef Saavedra comparte con los lectores de La Vitamina T, su pasión por la cocina y por México. Encuentra más información sobre el chef Saavedra en RutaAlma

  • El Chef José Bossuet: 20 Años de Ejercer y Una Vida de Soñar

     

    El chef Bossuet: sus sueños lo llevaron a ser uno de los chefs más influyentes de México.

    POR MARICHUY GARDUÑO / FOTOS: BERTHA HERRERA

     

    -¿Hijo, tú qué quieres ser de grande?

    -Quiero ser cocinero, abuelita. 

    -¡Cocinero! ¿A quién le vas a cocinar?

    -Al presidente. 

    José Bossuet de niño, narrando una conversación con su abuelita Julia.

    Pocos son los gastrónomos que pueden presumir haber vivido el inicio y el boom de la alta cocina en México y uno de ellos es, sin lugar a dudas, es el chiapaneco José Bossuet, quien lleva más de veinte años cocinando.

    Bossuet lleva la pasión por las artes culinarias en las venas. Julia, su abuelita materna, también era una destacada panadera y cocinera regional. “Mi abuela nos crió a mi hermano y a mí. Me gustaba acompañarla a realizar sus compras y de ahí empecé a conocer a sus marchantas. Ella fue la que nos inculcó el amor por la cocina zoque, etnia localizada al noroeste de Chiapas. De ahí comenzó mi gusto primero de conocer, probar y luego de cocinar”, relata Bossuet.

    El profesional en artes culinarias agrega que, desde entonces, su sueño era ser chef y específicamente deseaba cocinarle algún día al presidente de México.

    INICIOS DE UN PROFESIONAL EN ARTES CULINARIAS

    Cuando Bossuet tenía ilusiones de cocinar profesionalmente, en México no existían instituciones donde cursar esta carrera, ya que cocinar se consideraba un oficio.

    “Lo más conocido era el diplomado de la Universidad Iberoamericana. La verdad, tengo que confesar que se me pasó la fecha de examen de admisión, porque en esa época estaba más metido en el tema del fútbol. Entonces, tuve la idea de poner una taquería, con la que no tuve nada de suerte. Mi papá, me dijo: eso es para que veas que no nada más porque pones tu negocio las personas se van a pelear por tu comida, tienes que ser el mejor.

    Un amigo, me comentó que existía una universidad en la Ciudad de México, donde los estudios de cocinero eran a nivel licenciatura. En aquel entonces, abrieron una nueva convocatoria en 1994 para 10 alumnos y nos juntaron con la generación original creada en 1993.” Y agregó, “recuerdo que el ingeniero José Luis Curiel, nos dijo: ustedes que son alumnos desfasados, van a tener que venir a clases durante los veranos para poder alcanzar el nivel de los demás estudiantes.”

    Fue así que esfuerzo y pasión, hicieron que José Bossuet terminará la licenciatura de gastronomía, en la primera generación de la Universidad del Claustro de Sor Juana.

    SUEÑOS CRISTALIZADOS

    El destino llevaría por el camino del triunfo a Bossuet, quien ha trabajado arduamente fuera y dentro de México. Además, ha cocinado para reyes y mandatarios nacionales e internacionales. Bossuet habla con la complejidad del erudito, pero su sencillez como ser humano es una de sus principales virtudes.

    Fue que después de un largo andar por el mundo de la gastronomía, llegaría el sueño que visualizó siendo un niño de tan sólo ocho años, pues en el 2001 lo contrataron para ser chef ejecutivo de la Presidencia de la República, durante el sexenio del ex-presidente Vicente Fox. Es en este puesto donde tuvo a su cargo la comitiva del avión presidencial, viajando en las giras internacionales.

    Durante su puesto al lado de Vicente Fox cocinó para: George Walker Bush, ex presidente de los E.E.U.U., al primer ministro de la Gran Bretaña, al Canciller alemán, a reyes, reinas y príncipes, entre otros.

    CAFÉ CONTENTO

    Actualmente, Bossuet es propietario de Café Contento, un bistrot mexicano que sirve cocina confortable y local dentro de un ambiente casual. Ese año, el restaurante llega a una década de existencia, aquí, no se tiene que ser rey para comer como realeza.

    Sin lugar a dudas José Bossuet es un gran personaje de la gastronomía de México y un incansable embajador de la comida mexicana que merece conocerse.

     

    Para deleite de nuestros lectores, tenemos el placer de publicar el trabajo de nuestras colaboradoras, la periodista Marichuy Garduño y la fotógrafa Bertha Herrera. Encuentren más sobre estas pioneras del periodismo gastronómico en México en su página www.conapetito.com.mx 

    Marichuy Garduño

    Periodista gastronómica con 25 años de experiencia. Ha trabajado en los suplementos culinarios de los diarios más importantes de México como Buena Mesa, Reforma; Menú impreso y Online, de El Universal. Actualmente es editora de Pimienta, Excélsior.

    A lo largo de su carrera, Marichuy ha entrevistado a varias personalidades del medio gastronómico, de la política y la literatura, entre los que destacan Enrique Olvera, Ricardo Muñoz Zurita, Alicia Gironella, Massimo Bottura, Gastón Acurio, Alex Atala, Robert Mondavi, Carlos Monsiváis, Cuauhtémoc Cárdenas, Elena Poniatowska y Jacobo Zabludovsky entre otros.

    Bertha Herrera

    Comunicóloga de profesión, fotógrafa por convicción. Chilanga de nacimiento, oaxaqueña de corazón. Adicta a  capturar  imágenes, a resaltar las texturas de las cosas y de las personas. A lo largo de 23 años ha retratado grandes personajes vinculados con la gastronomía, la arquitectura, la moda, el diseño, la cultura, se ha especializado en la fotografía gastronómica, tomando cursos de food styling en en el Culinary de Nueva York.

    Ha trabajado en dos de los periódicos más importantes de México como son El Reforma y El Universal, y ha colaborado para  revistas relacionadas con estilos de vida, como El Gourmet, Chilango, In Style, Ha sido testigo de la transformación que ha habido dentro de la gastronomía mexicana. Para su lente han posado iconos de la cocina mexicana como Carmen Ramírez Degollado, Patricia Quintana, Alicia Gironella,  Giorgio D´ Angeli, Mónica Patiño y grandes cocineras tradicionales como Abigail Mendoza, Deyanira Aquino, Benedicta  Alejo. También destacados chefs como Ferran Adrià, René Redzepi , Joan Roca, Massimo Botura  Juan Mari Arzac , e infinidad de personajes famosos del mundo del espectáculo, la moda, la arquitectura, la cultura.

    Como dice la canción  “veinte años no es nada”, pero para ella han sido un cúmulo de experiencia en el ha conocido y viajado. Bertha ha hecho la fotografía para tres libros relacionados con la gastronomía. El libro acerca del chile es el que más emoción le ha causado.

    Editado por Brenda Storch. Publicado el 4 de agosto del 2018

  • La Chef Betty Vázquez: El Toque Femenino en el Mundo Restaurantero

    Conoce todo lo que ha tenido que desafiar una de las chefs más influyentes de México para figurar en la industria de la gastronomía, donde por años han dominado los hombres.

    Foto: Bertha Herrera

     

    POR MARICHUY GARDUÑO/FOTO: BERTHA HERRERA

    Durante años, los hombres han dominado los puestos en los grandes restaurantes de México y del mundo. Afortunadamente, poco a poco las mujeres han figurado en la industria culinaria de manera espectacular, tal es el caso de la talentosísima chef, Betty Vázquez.

    “Considero que he sido de las afortunadas. A mí me educaron para vivir en un mundo de hombres dándome todos los valores. Somos cuatro mujeres en casa, un sólo hombre y mi papá nos educó al parejo a todos, lo cual ayuda a enfrentar a un mundo de hombres”, dice la chef, quien es oriunda de San Blas, Nayarit, y actualmente es chef ejecutivo del hotel Garza Canela, en donde ofrece especialidades y fusión de la cocina mexicana y europea.

    Betty agrega que, de hecho, la primera carrera que hizo fue la de control aéreo y aviación, la cual rompía en ese entonces, con los roles tradicionalmente considerados como femeninos.

    “Esta carrera me ayudo a formarme el diablo de la fortaleza mental para para poder lidiar con el machismo y el soportar que tengas las mismas capacidades que un hombre y que le den el mejor puesto a él, pero en este aspecto no he tenido mucho que batallar, ya que siempre he tenido compañeros muy generosos”, enfatiza la chef, quien a los 25 años de edad inició su andar profesional y entró a trabajar en el restaurante del hotel familiar en el puerto de San Blas.

    PROFESIÓN DE GRAN RESPETO

    En aquel entonces Betty sabía que la gastronomía merecía todo su respeto, por ello decidió viajar a los Estados Unidos para estudiar un seminario de hotelería en la Texas University, de Houston. Después, continuó sus estudios en Le Cordon Bleu, de París.

    “Al regresar a México entré a hacer mis prácticas profesionales en un hotel de mucho prestigio en Guadalajara, Jalisco. Al principio el chef ejecutivo dudo de mis capacidades y me quiso a hacer aún lado, aunque le duró el gusto tres días, ya que le demostré que no me importaban las largas jornadas, el trabajar en cualquier área y que tenía todas las capacidades que se requieren en una cocina”, enfatiza la chef, quien siempre ha demostrado su gran profesionalismo y constancia en la búsqueda del movimiento y la evolución culinaria en la historia de Riviera Nayarit.

    SU GRAN MAESTRO

    Betty siempre ha mencionado su gran admiración por el chef Pedro Ortega, a quien considera un grande de la cocina en México.

    “Admiro a Pedro desde que lo conocí. Fue el primer chef me abrió las puertas de su cocina. Con este apoyo entré por la puerta grande de un grande. Además, la generosidad de muchos me ha permitido crecer en esta profesión, a quienes hoy les agradezco infinitamente por haber permitido entrar a sus cocinas para llevar los sabores de México y de mi mar”, puntualiza Betty, para quien “el trabajo es el que habla, no importando el sexo que sea, el trabajo siempre hablará por ti.”

    Para deleite de nuestros lectores, tenemos el placer de presentar a nuestras colaboradoras, la periodista Marichuy Garduño y la fotógrafa Bertha Herrera. Encuentren más sobre estas pioneras del periodismo gastronómico en México en su página www.conapetito.com.mx 

    Marichuy Garduño

    Periodista gastronómica con 25 años de experiencia. Ha trabajado en los suplementos culinarios de los diarios más importantes de México como Buena Mesa, Reforma; Menú impreso y Online, de El Universal. Actualmente es editora de Pimienta, Excélsior.

    A lo largo de su carrera, Marichuy ha entrevistado a varias personalidades del medio gastronómico, de la política y la literatura, entre los que destacan Enrique Olvera, Ricardo Muñoz Zurita, Alicia Gironella, Massimo Bottura, Gastón Acurio, Alex Atala, Robert Mondavi, Carlos Monsiváis, Cuauhtémoc Cárdenas, Elena Poniatowska y Jacobo Zabludovsky entre otros.

    Bertha Herrera

    Comunicóloga de profesión, fotógrafa por convicción. Chilanga de nacimiento, oaxaqueña de corazón. Adicta a  capturar  imágenes, a resaltar las texturas de las cosas y de las personas. A lo largo de 23 años ha retratado grandes personajes vinculados con la gastronomía, la arquitectura, la moda, el diseño, la cultura, se ha especializado en la fotografía gastronómica, tomando cursos de food styling en en el Culinary de Nueva York.

    Ha trabajado en dos de los periódicos más importantes de México como son El Reforma y El Universal, y ha colaborado para  revistas relacionadas con estilos de vida, como El Gourmet, Chilango, In Style, Ha sido testigo de la transformación que ha habido dentro de la gastronomía mexicana. Para su lente han posado iconos de la cocina mexicana como Carmen Ramírez Degollado, Patricia Quintana, Alicia Gironella,  Giorgio D´ Angeli, Mónica Patiño y grandes cocineras tradicionales como Abigail Mendoza, Deyanira Aquino, Benedicta  Alejo. También destacados chefs como Ferran Adrià, René Redzepi , Joan Roca, Massimo Botura  Juan Mari Arzac , e infinidad de personajes famosos del mundo del espectáculo, la moda, la arquitectura, la cultura.

    Como dice la canción  “veinte años no es nada”, pero para ella han sido un cúmulo de experiencia en el ha conocido y viajado. Bertha ha hecho la fotografía para tres libros relacionados con la gastronomía. El libro acerca del chile es el que más emoción le ha causado.

  • La Vainilla – El Perfume Mexicano que Conquistó al Mundo

    Sin lugar a dudas, uno de los ingredientes más delicados y de mayor uso en el mundo de la gastronomía es la vainilla. Una flor mexicana, que ha estado presente desde tiempos prehispánicos

    POR MARICHUY GARDUÑO/ FOTO: BERTHA HERRERA

    Creo que para muchos el olor y sabor de la vainilla es inigualable. Se trata de un producto culinario que ha estado entre los mexicanos desde tiempos muy antiguos. Su uso se generaliza ya sea en postres, entrada y platos fuertes.

    La historia de la vainilla comienza con las culturas prehispánicas, situadas en México, entre otros usos la ocupaban para aromatizar una bebida a base de cacao, llamada Xocolatl.

    Jesús Flores y Escalante, en su texto Brevísima Historia de la Comida Mexicana, dice que la vainilla es originaria de la huasteca, de una porción que hoy conocemos como Papantla, en el estado de Veracruz. Fueron los olmecas y posteriormente los huastecas quienes durante siglos cultivaron esta bella orquídea, para que ya en tiempos del imperio mexica formará parte del impuesto pagado por los totonacas al gran tlatoani Moctezuma Xocoyotzin.

    “Los olmecas llamaron a esta flor xanat o xanal, siendo su etimología, tlillxóchitl, que significa flor negra; la voz vainilla nació por comparación inmediata del fruto que los españoles encontraron en la vaina de la flor”, explica el historiador.

    EN OTRAS TIERRAS 

    La vainilla conoció otras tierras al momento de la conquista, cuando fue llevada a España como parte del intercambio cultural y gastronómico de la colonización. Tras intentar cultivarla, se dieron cuenta que el secreto de las largas y delgadas vainas se había quedado en México: la melipona o abeja de monte, pue ellas eran las únicas que podían polinizar la flor de la vainilla y junto con ciertos colibríes nativos, eran las más efectivas.

    Por casi tres siglos el único productor de vainilla fue México, sin embargo, para 1841, los europeos desarrollaron un método eficaz para fertilizar la flor a mano.

    Comunicación Social de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) registra que, actualmente por las condiciones climáticas y de suelo, la vainilla se produce en otros países principalmente en la isla de Madagascar, sin embargo, desde hace 8 años el fruto maduro de la orquídea Vanilla planifolia Andrews, es decir la Vainilla de Papantla, cuenta con Denominación de Origen, protegiendo así 39 municipios entre Veracruz y Puebla.

    “Este producto mundialmente famoso, se utiliza como saborizante en casi todo el mundo, es favorito de consumir en Estados Unidos, seguido de Canadá y Europa, usualmente se ocupa en postres como malteadas, helados, galletas. Además, su consumo aporta nutrientes como: hierro, calcio, potasio y fosforo.

    De las 15 especies de vainillas mesoamericanas, nueve se encuentran en México, en donde Veracruz es el principal productor, con 481 toneladas, indican las cifras de Comunicación Social de la SAGARPA.

    Para deleite de nuestros lectores, tenemos el placer de contar con la colaboración de la periodista Marichuy Garduño y la fotógrafa Bertha Herrera. Encuentren más sobre estas pioneras del periodismo gastronómico en México en su deliciosa página www.conapetito.com.mx 

    Marichuy Garduño

    Periodista gastronómica con 25 años de experiencia. Ha trabajado en los suplementos culinarios de los diarios más importantes de México como Buena Mesa, Reforma; Menú impreso y Online, de El Universal. Actualmente es editora de Pimienta, Excélsior.

    A lo largo de su carrera, Marichuy ha entrevistado a varias personalidades del medio gastronómico, de la política y la literatura, entre los que destacan Enrique Olvera, Ricardo Muñoz Zurita, Alicia Gironella, Massimo Bottura, Gastón Acurio, Alex Atala, Robert Mondavi, Carlos Monsiváis, Cuauhtémoc Cárdenas, Elena Poniatowska y Jacobo Zabludovsky entre otros.

    Bertha Herrera

    Comunicóloga de profesión, fotógrafa por convicción. Chilanga de nacimiento, oaxaqueña de corazón. Adicta a  capturar  imágenes, a resaltar las texturas de las cosas y de las personas. A lo largo de 23 años ha retratado grandes personajes vinculados con la gastronomía, la arquitectura, la moda, el diseño, la cultura, se ha especializado en la fotografía gastronómica, tomando cursos de food styling en en el Culinary de Nueva York.

    Ha trabajado en dos de los periódicos más importantes de México como son El Reforma y El Universal, y ha colaborado para  revistas relacionadas con estilos de vida, como El Gourmet, Chilango, In Style, Ha sido testigo de la transformación que ha habido dentro de la gastronomía mexicana. Para su lente han posado iconos de la cocina mexicana como Carmen Ramírez Degollado, Patricia Quintana, Alicia Gironella,  Giorgio D´ Angeli, Mónica Patiño y grandes cocineras tradicionales como Abigail Mendoza, Deyanira Aquino, Benedicta  Alejo. También destacados chefs como Ferran Adrià, René Redzepi , Joan Roca, Massimo Botura  Juan Mari Arzac , e infinidad de personajes famosos del mundo del espectáculo, la moda, la arquitectura, la cultura.

    Como dice la canción  “veinte años no es nada”, pero para ella han sido un cúmulo de experiencia en el ha conocido y viajado. Bertha ha hecho la fotografía para tres libros relacionados con la gastronomía. El libro acerca del chile es el que más emoción le ha causado.

     

  • Para esta #Cuaresma: Escabeche de Camarón Estilo San Felipe

    Foto: Manuel Rivera para La Vitamina T

    Si estás pensando en platillos creativos para esta cuaresma, te compartimos esta receta para preparar un inolvidable escabeche de camarón estilo San Felipe.

    Este plato estuvo entre los manjares que los chefs (de izquierda a derecha) José Bossuet, Paola Ramírez y Aldo Saavedra prepararon para representar a México en el World Congress of Culinary Traditions en Rumania, en marzo del 2012.

    La receta es una recreación del platillo de la señora Salvadora Soberanes, una de las fundadoras del pueblo de San Felipe, Baja California.

    INGREDIENTES

    • ½ taza aceite olivo
    • 2 cebollas cortadas en rodajas
    • 1 cabeza de ajo entera partida por mitad
    • ½ kg de chiles jalapeños cortados en rajas sin semillas
    • 4 zanahorias cortadas en rodajas
    • 10 pimientas gordas
    • 10 pimientas negras
    • 5 clavos de olor
    • hierbas de olor
    • 1 cda orégano seco
    • 1 tz vinagre de manzana
    • 2 tz agua
    • Sal de mar de san Felipe al gusto
    • ½ kilo de camarones de buen tamaño

     PROCESO

    Escabeche

    1.  Calienta en una cacerola el aceite de olivo.  Agrega la cebolla y los ajos. Sofríes durante 2 minutos aproximadamente.

    2. Agrega los chiles, las zanahorias, las especias y las hierbas. Pon a sofreír por 5 minutos.

    3. Incorpora el agua y el vinagre. Retira del fuego una vez que hierva.

    Camarones

    4. Ya fríos, escurre y pasa los camarones  al recipiente con el escabeche que aún esta caliente y dejar reposar por 12 horas. El proceso se puede hacer en el refrigerador.

    ¡Sirve y disfruta!

    Marida con:

    Aqua – Alximia

    Viko – Torres Alegre

     

    Agradecemos a los chefs Aldo Saavedra y José Bossuet por compartir la receta y fotos de este manjar con La Vitamina T.

  • ¡Feliz Día de la Candelaria! La Historia Detrás de La Tradición

    tamales

    ¿Por qué celebramos el Día de la Candelaria con tamales? Encuentra algunos detalles sobre esta deliciosa tradición en esta entrevista con Brenda Storch de La Vitamina T en Eye Witness News en Español.  Haz click aquí para verla.

     

  • Comida de Ángeles: Buñuelos de Requesón

    Foto: Chef Victoria del Ángel
    Foto: Chef Victoria del Ángel

    No deja de asombrarme cómo es que apenas se puede rasgar la superficie cuando se intenta explorar uno de los muchos ángulos que posée la comida mexicana. Hace unos días, por ejemplo, tuvimos el placer de platicar con la chef Victoria del Ángel, quien trajo a colación el tema de la comida conventual. Como su nombre lo dice, los platillos conventuales fueron conjurados en las cocinas de las órdenes de religiosos establecidos en la Nueva España y son extraordinarios ejemplares de la incipiente cultura novohispana, incluyendo su gastronomía de fusión.

    Mitad plegaria y mitad poesía, la comida conventual encuentra uno de sus detonadores en la creatividad de los misioneros quienes al enfrentarse con la falta de carne y otros elementos típicos de su cocina, se ven obligados a incorporar ingredientes y técnicas locales en su gastronomía. Muchos de estos platillos, incluyendo los chiles en nogada, son ilustres y apreciados exponentes de este fenómeno, y tal como el pueblo que los vio nacer, son mitad españoles y mitad indígenas.

    Durante nuestra conversación, y para ilustrar los platos propios de esta cocina, la chef del Ángel nos agasajó con una receta de nada más y nada menos que Juana de Asbaje.

    Siglos después de la muerte de esta intelectual y poetisa mexicana, el libro Sor Juana en la cocinade Mónica Lavín y Ana Benítez rescata el recetario que la “décima musa” dedicara a su hermana, para quien cocinaba con frecuencia.

    Según la chef del Ángel, “el recetario es un conjunto de notas que Sor Juana escribió para si misma, por lo que representa cierta complejidad de interpretación.  las cantidades de la receta a continuación,  han sido adaptadas a nuestra época.”

    Buñuelos de Requesón

    Ingredientes

    • 3 tazas de harina,
    • 225 gramos de requesón
    •  6 yemas o un huevo
    • una taza de manteca o aceite para freír
    • azúcar y canela.

    Procedimiento:

    1. Mezcla los ingredientes, amasa durante 5 minutos y deja reposar la mezcla durante media hora en el refrigerador.
    2. Extiende la masa y córtala en círculos
    3. Fríe y dejar escurrir en papel absorbente.
    4. Espolvorea con azúcar y canela

     

    La chef Victoria del Ángel  descubrió su pasión por la cocina desde los tres años. Fascinada por la repostería y gastronomía mexicanas, decidió perseguir la licenciatura en gastronomía en la Escuela Superior de Gastronomía, y más tarde un postgrado en repostería en la Universidad de Artes culinarias y Tendencias Europeas, otorgado por el Culinary Institute Switzerland de Suiza. Victoria es dueña de la chocolatería Xocolat del Ángel en Jilotepec, México.

  • Tampico y sus Delicias: La Carne a la Tampiqueña y Las Tortas de la Barda #Receta

     

    Hace unos días tuvimos el privilegio de hablar con Gaby Navarro de Fextivo Eventos en Tampico, Tamaulipas, quien nos iluminó con su conocimiento, pasión e investigación personal sobre dos platillos típicos de su tierra: la famosísima carne a la tampiqueña y las tortas de la barda. En este artículo, Gaby nos habla sobre el origen de estas delicias. Se los compartimos con mucha emoción.

    Carne a la Tampiqueña. Fuente de foto: Chef Claudio Loredo.

    Por: Gaby Navarro

     

    Escucha la entrevista aquí.

    La Carne a la Tampiqueña: Plato de Reyes (y de Princesas)

    Hablar de la carne asada a la Tampiqueña es hablar de la historia de una familia, de la visión de un hombre y su amor por esta tierra jaiba a la que abrazo como suya, su nombre: don José Inés Loredo.

    Potosino de nacimiento pero Tampiqueño de alma y corazón, llega huérfano a Tampico a la edad de 21 años junto a su hermano Fidel. Don José Inés comenzó a trabajar en el restaurante del Hotel Imperial uno de los hoteles de más prestigio en Tampico, como camarero. Al paso del tiempo debido a su carácter afable y simpático, se involucra también en la vida política de la ciudad y esto lo lleva a ocupar cargos públicos como regidor, jefe de la policía y finalmente presidente municipal, todo esto sin dejar a un lado su pasión por la gastronomía.

    Es en el año de 1949 que junto a su hermano Fidel, un grupo de amigos (Rodrigo Ramírez, Héctor Crespo) y el maestro de cocina Antonio de Rocabruna, se lanzan a la conquista de la Ciudad de México. Es aquí donde don José Inés abre su primer restaurante con servicio de 24 horas llamado “ Tampico Club” ubicado en la esquina de Balderas y ave. Juárez. Es en la cocina de este lugar donde nace el plato que ha dado la vuelta al mundo, el que  ha llevado el nombre de Tampico en alto y el que se dice fuera el predilecto de la Princesa Grace de Mónaco.

    El plato nace bajo el nombre de “almuerzo huasteco” plato que era muy solicitado por los clientes “desvelados” que llegaban al lugar en horas de la madrugada. El plato consistía en una cazuela de frijoles de la olla negros, enchiladas verdes picosas, un trozo de queso molido a la plancha y la típica cecina huasteca marinada en naranja cucha (una naranja ácida). Este era, sin duda, un plato ideal para curar cualquier cruda.

    La cocina al mando de don Fidel Loredo y Antonio de Rocabruna así como el “almuerzo huasteco”  se volvieron famosos. Poco a poco, la crema y nata de la sociedad capitalina, intelectuales y artistas se convirtieron en clientela. El famoso plato comenzó a ser pedido en el horario de comida por lo que dejo de ser un almuerzo y se añadió al menú de la comida como “carne asada a la tampiqueña”. Pero, no solo cambia el nombre, además se agrega otro ingrediente, rajas de chile poblano, con la finalidad de hacer el plato más completo. Posteriormente, don José Inés Sugiere cambiar la cecina, una carne dura y salada por una tira de filete de 30 cm de largo por 10 cm de ancho ( respetando el marinado en naranja cucha y demás ingredientes) además las enchiladas dejan de ser picosas y se bañan en salsa de tomatillo verde . Es en esta adecuación donde le da a cada elemento en el plato el significado que la mayoría de los tampiqueños conocemos y con la que el plato participó en innumerables muestras gastronómicas alrededor del mundo. De ahí su fama internacional.

    La carne a la tampiqueña  se sirve en un platón oval que representa la región huasteca, la tira de filete representa el rio Pánuco y va de extremo a extremo del plato en virtud de que el río atraviesa la huasteca. Las enchiladas verdes simbolizan los verdes campos de nuestra región, el queso blanco la nobleza de la gente que habita esta zona y los frijoles negros, la tierra fértil  y el petróleo.

    Para el año de 1965 don José Inés y don Fidel regresan a Tampico (con la finalidad de abrir un restaurante en Tampico, y les ofrecen  la cocina del prestigioso  Hotel Inglaterra ubicado en calle Salvador Díaz Mirón ,en el primer cuadro de la ciudad. Según palabras del chef Enrique Loredo, sobrino de don José Inés,  es aquí donde la carne a la  tampiqueña tiene otro cambio: se le adiciona una porción de aguacate machacado con chile serrano y cebolla, y se cambian los frijoles de la olla por frijoles refritos, por tener estos mejor aceptación entre los comensales.

    Recientemente tuvimos la fortuna de hablar con el gastrónomo, educador e impulsor de la cocina tamaulipeca, el chef Claudio Loredo, miembro de esta ilustre familia.    Según el chef Loredo, más allá de una relación entre los elementos de los platillos locales, y una referencia a la geografía donde nació,  “este plato fue creado para dar gratitud a una tierra que recibió a una familia potosina que llego a Tampico en búsqueda de mejores condiciones y que en la confianza, tenacidad y visión logran destacar en muchos aspectos de vida.”

    Es en 1971 cuando se abre el primer restaurante “Loredo” en Tampico en la Avenida Hidalgo y calle Eucalipto, ¡por fin! Tampico tiene su plato íconico en casa y el sazón y la calidad del servicio que siempre han caracterizado a la familia Loredo.

    En el año de 1980, y en virtud de la pasión y la excelencia con la que  desarrollaba su trabajo, además de sus aportaciones a la gastronomía mexicana, don José Inés es nombrado Fondero Mayor de México.

    Actualmente su sobrino el chef Enrique Loredo Soto, continúa con el legado de la familia en su restaurante Loredo Miramar. 

    Les compartimos con emoción la deliciosa receta auténtica y original para que ustedes puedan recrear este plato, directamente de las manos que heredaron su creación.

    Receta de la Auténtica y Original

    Carne Asada a la Tampiqueña

    Creación Original de Don José Inés Loredo

    Foto: Cortesía del chef Claudio Loredo

     

    A base de carne vacuna, se corta el solomillo o filete de res en trozos de unos 250 gramos y se coloca sobre una tabla para ejecutar el corte, que se efectúa con un cuchillo filetero empezando por la parte baja, y de derecha a izquierda, como si fueran desenrollando, de manera de obtener una tira o filete de unos treinta centímetros de largo por ocho de ancho y uno de grueso, y se le da una ligera aplanada.

    Se sazona por ambos lados con sal, pimienta, jugo de naranja agria o de limón, y se pone sobre la plancha, previamente aceitada ésta, a fuego moderado, y se asa un minuto por cada lado, pasando a ocupar el centro del platón.

    Previamente se prepara, como guarnición, lo siguiente: dos tortillas fritas en aceite y enchiladas, o sea, bañadas con una salsa de chile verde y tomatillo verde de bolsa, frita con un poco de ajo y sal, agregándole un poco de caldo, dobladas por la mitad y espolvoreadas con queso fresco molido desmoronado y cebolla blanca fileteada.

    Un chile poblano, asado a la plancha, volteándolo para que no se queme, el cual se despelleja con un trapo húmedo; se abre y se quitan las semillas, se corta en cinco rajas, a lo largo, y se fríen con cebolla, ajo y hierbas de olor.

    Se corta una rebanada rectángular de queso fresco y se asa en la plancha caliente para que quede dorado.

    Todo esto se coloca alrededor de un platón caliente, antes de poner en su centro la carne asada, que ha de servirse inmediatamente que salga de la plancha.

    Aparte, y en cazuelita de barro, una ración de frijoles negros de la olla, cocinados con una rama de epazote y se hace acompañar con unas tortillas de maíz del comal a la mesa.

    Las Famosas Tortas “de la Barda”

    La creación de las famosas tortas de la barda tiene su origen en el año de 1928 en los puestos de comida que se instalaban junto a la barda de la aduana marítima aquí en Tampico, su creador: Don. José María Bracamontes Contreras.

    Tortas de la Barda: Fuente de la Imagen. Wikipedia

    Originalmente, las tortas consistían en un pan francés (es como los tampiqueños llamamos al bolillo) con frijoles, sardina, verduras y salsa. También las preparaban con longaniza o queso de cuajada.

    El nombre de esta tortería era “Tortas Alijadores” (alijador es el trabajador de los muelles perteneciente al gremio unido de alijadores, primer cooperativa en México) y era un pequeño negocio familiar donde René el hijo de Don José María, ayudaba a su padre desde los 7 años, junto con su hermano mayor de nombre Francisco. Las tortas eran buscadas por los trabajadores del puerto y los fines de semana aquello era una romería. El negocio, también abierto por la noches, recibía a quienes salían de los bares, fiestas, prostitutas y alijadores del turno nocturno. El puesto, con el paso de los años, tomó mucha fama, Don José María deja el negocio a manos de su hijo Francisco, pero él se casa en la década de los 50 y decide independizarse. Al ser Francisco quien preparaba las tortas y tenía más contacto con los clientes,  éstos lo siguen y la tortería de su padre se queda con una venta al día de aproximadamente 5 tortas. Don José María quién acude a buscar a su hijo René a su trabajo en una farmacia de la zona  para contarle lo sucedido. En ese momento, René renuncia a su trabajo se va con su padre y empieza idear la manera de atraer más clientela al negocio. Un día de paso por el mercado, René entra a una salchichoneria y se le ocurre cambiar a la sardina por mortadela y dicho cambio, aunque rindió frutos,  aún así la venta no daba lo suficiente para subsistir así que René, ya con familia,  poco a poco va adicionando más ingredientes a la torta.

    Las tortas de la barda creadas por René Bracamontes consisten en un pan francés con frijoles refritos, jamón, queso de puerco (producto cárnico tipo áspic elaborado con la cabeza del cerdo), aguacate , queso molido (queso blanco muy común en la huasteca), queso amarillo, chorizo, carne deshebrada y salsa verde de chicharrón.

    El auge de la creación fue tal que las tortas empezaron a ser conocidas como las “tortas de la barda”  pues la gente, al recomendarlas,  da como referencia la barda de la aduana. ¡Se cuenta que se llegaron a vender hasta mil tortas diarias!

    El negocio aún se encuentra en pie en la barda de la aduana marítima de Tampico bajo el nombre de “las tortas de la barda de  René y su hijo Cepillín” y es atendido por el Sr. Arturo Bracamontes hijo del fallecido René Bracamontes.